Era por el Siglo XVI cuando un grupo de hermanos de la Sacramental de Ómnium Sanctorum deciden formar la Hermandad de la Sagrada Cena, presentando las reglas y siendo aprobadas el 14 de diciembre de 1580
En la Parroquia de San Nicolás de Bari, se veneraba una imagen de estilo de finales del Siglo XV o principio del S. XVI, llamada Virgen de Soterraña o Nuestra Señora del Subterráneo, erigiéndose en hermandad hacia 1587
Por entonces, en las afuera de la ciudad, justo en el Hospital de Elephantiasis de San Lázaro, unos hermanos formaban cofradía y veneraban al Cristo Humillado.
Es en 1613 cuando la Virgen del Subterráneo es trasladada al hospital de San Lázaro, fusionándose con la del Cristo Humillado, creándose así una nueva hermandad.
Nuevamente en 1623 la nueva hermandad se traslada, esta vez a la ya desparecida Iglesia de San Basilio, donde se fusiona con la de la Sagrada Cena y forman la actual cofradía. En esta iglesia adquieren Capilla propia.
Hasta en dos ocasiones esta hermandad sufre casi la pérdida total de todos sus enseres, uno en 1868, como consecuencia de la desamortización de Mendizábal y la segunda en 1936, cuando se encontraba en la iglesia de Ómnium Sanctorum, provocado por el incendio sufrido en el templo fruto de los momentos políticos que vivía España.
Tras este hecho, la hermandad se traslada a la Iglesia de Nuestra Señora de Consolación (Vulgo de los Terceros), custodiado por los Padres Escolapios. Allí permanecerá desde 1936 hasta 1958, momento en el que se traslada a la iglesia de la Misericordia, en la Plaza de Zurbarán
Permanecerá en la Misericordia hasta Agosto de 1973, cuando el Cardenal Bueno Monreal, le concede la propiedad de la Iglesia de Nuestra Señora de Consolación, después de que los Padres Escolapios la abandonaran, permaneciendo hasta nuestros días.
La imagen de Jesús es obra del escultor Sebastián Santos de 1955. El del Santísimo Cristo de la Humildad y Paciencia es una talla de autor desconocido del S. XVI y Nuestra Señora del Subterráneo es de autor anónimo, aunque algunos se la atribuyen a Juan de Astorga, en el siglo XIX, otros creen que es una talla de mayor antigüedad.
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