En mi visita a la torre de Don Fadrique, justo en el patio que diseñara Juan Talavera Heredia en los años 20 del siglo pasado y junto a la entrada de la torre, me encontré esta estatua, la cual me llamó la atención, al no ser Fernando VII, a mi modesta opinión, un ejemplo de Rey para España.
Me puse a indagar y encontré la siguiente histora que os cuento. Fue el capitán general de Cataluña, Roger-Bernard-Charles quien encarga al escultor francés Pierre Joseph Chardigny la estatua, para ser erigida en la barcelonesa plaza del Palau.
Allí permaneció hasta que fue derribado en la bullanga de 1835. En 1840 la estatua acompaña al exilio a la Reina Regente María Cristina, permaneciendo en París hasta 1861, cuando Napoleón III se la envía a la Infanta Doña Maria Luisa Fernanda para que adornase los jardines del palacio de San Telmo.
En 1868 fue trasladado a lo que hoy es el Parque de María Luisa, estando en varios sitio dentro del parque, hasta que en 1931 se trasladó al convento de Santa Clara, permaneciendo hasta nuestro días allí. Fue en ese traslado donde perdió las manos.
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